Esta antología, que aúna el trabajo realizado en los cursos 'Diario narrativo y visual' y 'Escritura poética', traza una suerte de camino zigzagueante en el que el lenguaje busca la experimentación a través de su brevedad; articulándose, en la mayoría de ocasiones, en pequeñas escenas en las que los tiempos presente, pasado y futuro toman cuerpo por condensación. Porque estos autores y estas autoras han asumido el reto de lo pequeño, de aquello que nos trae el instante. Tensión, frecuencia, temperatura y saturación son aquellas variables que reconocemos como nuestras constantes vitales. ¿Pero funcionan siempre al unísono? ¿Van siempre de la mano? El acto creativo supone, en parte, la suspensión temporal, no sólo del pensamiento sino también de la realidad que nos circunda. De ahí Inconstantes vitales. De ahí esta apuesta por atravesar la norma, lo esperable, la respiración de unas voces que no siempre mantienen el mismo ritmo. Apuntaba George Steiner, tratando de buscar razones para la tristeza de nuestro pensamiento, que los automatismos son algo así como el propio pensamiento deteriorado. Sin embargo, en Inconstantes vitales sucede lo contrario: todas estas voces se han reunido para verificar que la potencia creativa supera con creces la posibilidad de estandarizarnos.

El LABORATORIO DE ESCRITURA, dirigido por MARÍA ALCANTARILLA, inició su andadura en Cádiz en 2016. Entre sus objetivos, además del consabido manejo de las herramientas propias del oficio, están los de reaprender en distintas áreas, sobre todo en la que concierne a la lectura. Articulado en diferentes cursos, y con clases semanales de lunes a jueves, el Laboratorio es también una comunidad de afines cuyos deseos de autoconocimiento y de crecimiento personal están vivos en cada una de las sesiones. Más allá de la narrativa, el Laboratorio ofrece asimismo formación en poesía y en escritura diarística, imbricada esta con el lenguaje visual de la fotografía como otra forma añadida de leer el mundo.